Tu fuerza, ahora, no es suficiente.

Y cuando te quieres dar cuenta, la persona que siempre te estaba dando consejos, que te animaba en cualquier momento de bajón, que querías llegar a pensar algún día como él; es el que peor lo está pasando. Siempre has valorado su fuerza, su decisión, su manera de simplificar los problemas. "Eres mi psicólogo particular" decían muchos amigos a su alrededor, entre los que me incluyo, pero hasta los psicólogos necesitan uno. 
Tienes tendencia a guardarte todos los males en tu interior, nunca cuentas nada, y me das la escusa de que "no quieres aburrirnos con tus problemas". Cómo explicarte que tus problemas son mis problemas. Que todos necesitamos ayuda, hasta tú.
Últimamente te he visto diferente, pero he esperado, he estado esperando a que tú vinieras y me dijeras lo que te pasaba, pero ha llegado a un límite que debo decirte algo. Decirte lo mismo que tú me decías a mí. Preguntarte qué es lo que te pasa, qué es lo que te ronda la cabeza, intentar aconsejarte... Sin embargo, no me quieres decir nada. Tu respuesta es: "no quiero dar pena", "no quiero preocuparos". Por muchas veces que me repitas eso no voy a parar de insistir, porque me importas. Deja que por una vez tiremos nosotros de ti,  y no al revés.

Porque las personas que parecen ser más fuertes, necesitan ayuda

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