Lo que no sabemos ver.

"América no es un país donde se preste atención a los pequeños gestos, no es un país como Francia; donde el encanto, algo ligero o efervescente puede sobrevivir. Te exige todo lo que tienes y, cuanto antes lo entregues, mucho mejor." (Sandra Bullock en Historia de un crimen). 
Cada día somos testigos de miles de estos gestos, sin darnos cuenta, dejamos que mueran. Nos dejamos llevar por la rápida crítica y del interior nos olvidamos. Saber mirar más allá requiere de tiempo y de paciencia, pero, sobre todo, de corazón. La única herramienta que nos permite saber aspectos de una persona invisibles a simple vista. Es difícil ver esto en nuestros días donde nos dejamos llevar por las apariencias o por sus actos. 
Dejamos morir estos gestos sin darles la importancia que se merecen. Un beso en la mejilla al despedirte, una ligera caricia justo en el momento preciso, la enorme habilidad de sacarte una sonrisa cuando no tienes ganas de sonreír. Cantidad y cantidad de estos detalles perecen en vano. Sin que nosotros nos demos cuenta de lo que valen. Y es que no nos damos cuenta que una parte de nosotros, aunque sea ínfima, muere con ellos.


Eso invisible que nos une.

¿Te has dado cuenta de que las personas sentimos la necesidad de necesitar a alguien, y viceversa? Y es que nos cuesta coger confianza con alguien. Estrechar lazos se llama. Pero lo más curioso es que estos lazos son tan flexibles, tan moldeables, que pueden estirarse y estirarse por miles y miles de kilómetros; atrevesando montañas, mares y océanos. Pero, ya sea cual sea la distancia que estos lazos recorran, lo más importante es lo que unen. Unen personas, pero personas que sienten que deben estar unidad, y que lo estarán, pase lo que pase, y sea la distancia que sea. Sin embargo, estos lazos hacen que nos confundamos, porque se rompen cuando menos te lo esperas, o cuando piensas que nunca se van a romper y, al final, lo hacen. Los alimentamos día a día para que sean mucho más fuertes, con mucho esfuerzo y pasión; tanta, que llegan a ser casi irrompibles.
Una misma persona puede sostener distintos lazos, decenas de ellos. Pero los más resistentes son muy escasos. Dos o tres, me atrevería a decir. Mas estos últimos sabemos con seguridad máxima que nunca quebrarán. 
También estos lazos sirven como un cable. Es decir, intercambiamos gran cantidad de corrientes de sentimientos que hacen que estemos conectados cada vez con más intensidad. Esperamos con ansia sentir cómo responde el otro y corremos, sin dudarlo, a responder, porque nuestra confianza es tal, que sabemos que lo que enviamos, siente mal o siente bien, servirá para alimentar más y más esa unión.
Y es que vivimos rodeados de uniones de la gente, a veces unos lazos se anudan con otros tantos y se hacen completos nudos. 
Nos gusta estar conectados a alguien, saber que hay alguien al otro lado. Que te escucha, que te quiere por encima de todo, que te apoya, que te critica cuando algo no le sienta bien, que siempre te va a dar un consejo, que te va a pedir ayuda cuando lo necesite. Necesitamos que nos necesiten. Y necesitamos sentir la necesidad por alguien. 

Mucho más de lo que creíamos del amor.

Según la Real Academia Española existen trece distintas definiciones de amor, entre las cuales he elegido tan solo dos:
- "Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear."
- "Sentimiento de afecto inclinación y entrega a alguien o algo."
Ambas, entre las demás, las encuentro especialmente incompletas; lo que la falta a una, la tiene la otra, y viceversa. Me explico, el amor es un sentimiento que produce sensaciones, más allá de tratarse de una persona, un momento, animal u objeto. Simplemente se trata de un cuerpo tangible o abstracto, ligado al nuestro, y necesario para el funcionamiento de este.
Lamentablemente, hoy en día, el amor es considerado como algo usual, que pasa desapercibido; y lo peor de todo, se el cree y se le busca efímero. Se confunde con al lujuria, la pasión, la atracción; y se presume de ello como si del Gordo de la lotería se tratase. Vivimos desorientados en un mundo de valores alterados. Confundimos el amor con el odio, y pensamos que entre ambos existe tan solo un paso, y sólo porque un autor, que incluso desconocemos, lo creyó así.
Sonríen si se piropean, se dicen te quiero si se sonríen, y juegan entre las sábanas si se dicen te quiero. Después de veinticuatro horas, se juran amor eterno; y más tarde, si me apuras, si te he visto no me acuerdo. Y, para mi sorpresa, si esto pasa con las personas, imagínate lo que pasaría con lo demás. ¿Qué hay de las ganas de salir por la mañana por la puerta, respirar hondo y sentir que te encanta lo que ves a tu alrededor? Esto también es amor. ¿Qué queda de la risa que te provocan las cosquillas que Rex te hace al besar las plantas de tus piés? ¿O la tristeza que provoca cuando ves que está pasando frío? Todo esto, también es amor. ¿Dónde se esconde la ilusión de ver tu rosal florecer? ¿O de darte cuenta de que aquel árbol donde merendabas de pequeño aún sigue en pie, esperando que te acuerdes de él? Esto, también es amor. 
¿Dónde se ocultan las lágrimas que de tus ojos se desmoronan si descubres que tu amuleto de la suerte se ha perdido? ¿O dime dónde queda el afán por hacer que algo perdure para siempre, y cuando dejes a un lado tu juventud, sigas siendo el mismo adolescente que eras cuando decidiste guardar ese retrato hasta el más eterno de los minutos? Eso, también es amor. 
Dime si no se te pone la piel de gallina cuando escuchas esa canción que una vez te cantaron al oído; o dime si no te estremece cerrar los ojos y sentir que le tienes al lado, que te cuenta sus secretos más profundos, porque siente que jamás le vas a fallar. Esto también es amor. 
Ahora dime qué es de toda esta alegría, energía, comunicación, creación, ilusión, lágrimas. Dime qué hay de este juego, de este frenesí. Dime, amigo, si esto no es amor. Y es que nos empeñamos en conseguir estas sensaciones por la vía rápida, cuando se encuentra en cada pequeño detalle que inundan en nuestra vida, y que no sabemos exprimir. Y es que el amor es un compendio de estas gotas, formando un mar de sensaciones que te arrollan. El amor no es simple.


(Autora: @paula11gcs, gracias)

Futuro, un sinónimo del azar.


Hay momentos en los que sentimos que vagamos por un mundo oscuro y extraño. No sabemos cuál es la salida y cuando parece que la hemos encontrado se nos escapa de los dedos como si fuera humo. Vagamos y vagamos. Por el camino vemos rostros conocidos, personas que nos dicen que todo saldrá bien, que no te preocupes, que tú vas a poder con ello; pero porqué todo el mundo piensa que eres capaz de superar eso, ¿acaso saben el futuro? 
No, nadie puede hacer tal proeza. Sin embargo, poseen algo que a ti te falta, confianza. Todos esos por qués, esas dudas no son más que fruto de la desconfianza en ti mismo. En el momento en el que tu propia seguridad aumente, nadie podrá pararte. Te dará lo que el mundo diga, porque el mundo no sabe cómo te sientes ni lo que en realidad eres capaz de hacer.


Todas estas palabras son muy bonitas, pero hablemos de la realidad. Todos nos sentimos acojonados por el futuro. La incertidumbre de cómo será tu nuevo trabajo, ¿habré elegido bien mi carrera?. Estas cuestiones y muchísimas más son las que nos ahogan día a día. Sí, nos rayamos. Porque no podemos controlar el tiempo ni saber el futuro. Muchos darían cualquier cosa con tal de saber una pizca de lo que sucederá en nuestra vida de aquí a 10 años, por ejemplo. No obstante, perdemos el tiempo en planearlo todo: dónde viviremos, cómo será nuestra casa, estaremos casados o solteros, nunca tendremos hijos... Millones y millones de planes de los que se cumplirán dos, y eso con suerte. 
Sí, admitámoslo, no podemos controlar la vida, de todo lo que planeemos nada se cumplirá, incluso me atrevo a decir que saldrá exactamente del revés. Pero tenemos que aceptar que el futuro es sinónimo de azar y vivir con ello. Aprender a vivir con la incertidumbre de la vida, sabiendo que las personas fuertes son las que mejor se adaptan a los cambios inesperados.

¿Acaso no es esto lo que hace de la vida emocionante?


Lo que el tiempo no cambie.

Tiempo. La única fuerza que es capaz de cambiar completamente todo. Envejecemos, nos separamos, nos juntamos, crea nuevas vidas, pero también las quita. 
Seguro que muchos de vosotros pocas veces miráis atrás y os dais cuenta de que nada es igual, es que incluso nos convertimos en aquellas personas que hace años odiábamos. O aquellos amigos a los que jurábamos y prometimos estar a su lado pasara lo que pasara, ya no están. Y es que no somos totalmente conscientes del poder del tiempo. Cuando nos sucede algo malo o estamos decaídos por algún desengaño, pensaba que nunca se pasará, que siempre estaremos mal; pero el tiempo siempre pasa. 
¿Cuántas veces has deseado dar marcha atrás en el tiempo para cambiar eso que has hecho mal? ¿Cuántas veces has deseado justo lo contrario, que el tiempo pase volando por una situación incómoda que estas viviendo, o por que llegue algún evento que estás deseando que llegue ya? Somos incapaces de manipular el tiempo a nuestro antojo, pero de lo que si somos capaces es de aprovecharlo. Podemos dejar que pase sin hacer nada y vivir una vida aburrida y monótona, o podemos pasar a la acción y luchar por aquello que anhelamos y deseamos. Recuerda que los errores no son sólo errores, sino fuentes de aprendizaje que te enseñan a aprovechar el tiempo con más intensidad. De nosotros depende saber aprovecharlo a tiempo o no. 
Y recuerda, no te arrepientas de aquello que hiciste en el pasado, sino de las oportunidades que perdiste. 

Fantasías no imposibles.


Una noche más tumbado en la cama, escuchando la música que me gusta. Como cada noche dejo a mi imaginación libre y se pone a inventarse historias que sé que son casi imposibles que sucedan. Las historias que me imagino son las típicas americanadas que todos vemos en las películas, pero a quién no le gustaría que le ocurrieran. Me imagino a mí mismo, doblando una esquina y de repente me choco con un chico espectacular y en el momento en el que los dos nos miramos a los ojos el mundo se para para dejarnos caer dentro de los ojos del otro. No importa nada de fuera, ni el pasado, presente o futuro, sólo ese momento, y el deseo de que nunca acabe. Pues todo este tipo de historias es la que mi mente elabora, pero lo que a mí me gustaría que me ocurriese no es la situación, sino el momento, eso momento de parón, todo no importa sólo ese momento.
Yo no sé cómo se sentirá al amar tanto como las grandes obras que hemos visto y leído, como Romeo o Julieta, por ejemplo, un amor por el cual nisiquiera la vida de ambos importa, incluso ese amor se mantuvo hasta después de esta. O como el de Sandra y Culebra que a pesar de no poder tocarse, se mantiene y prefieren verse todos los días y haberse conocido, a no tenerse nunca. Amores que hacen que arriesgarlo todo sea tan fácil que estés dispuesto a hacerlo día a día, porque sabes que lo que vas a ganar vale mucho más que eso. Amores en los que si no tienes a esa persona te da igual morir, porque el simple hecho de no tenerla a tu lado, entre tus brazos, poder besar sus labios; ya estás muerto. 
Estoy seguro que algún día ese momento llegará, y lo sabré cuando llegue, porque lo más maravilloso de la vida es querer y ser querido. Quizá este sea nuestro objetivo y el camino hacia la felicidad, pero eso aún no lo sé.

"Tan sólo es algo que invade mi mente"

Una habitación por ordenar.

Nuestro cerebro posee la hermosa habilidad de guardar todo lo que sucede en nuestra vida, tanto bueno como malo. Se limita a archivar uno por uno todos los recuerdos, sentimienos y sensaciones que vamos teniendo y las va guardando en una enorme habitación. La cualidad que el cerebro no tiene es poder ordenar esta habitación y colocar cada archivo en su lugar correspondiente. Por esto, nosotros debemos hacerlo, para ello sólo te tienes que quedar muy, muy callado y dejarte llevar por todo aquello que sientes y piensas, sólo así sabrás en qué lugar va cada archivo. Como he dicho antes, se trata de una enorme habitación en la cual cada cosa tiene su lugar y nosotros debemos ordenarlo. Por ejemplo, tenemos que depositar encima de la cama todos aquellos recuerdos y pensamientos picantes y sensuales que hayamos tenido, ese será su lugar, porque en algún momento, se hayan cumplido o no, ese es el sitio donde los hemos llevado a cabo y el lugar donde hemos estado más cómodos. Seguidamente, tendremos que encerrar bajo llave todos y cada uno de nuestros miedos, nuestros recuerdos malos, nuestro pesimismo y nuestras ganas de rendirnos dentro del armario. Allí acabaremos olvidándonos de ellos, y aunque intenten salir, nosotros tenemos la fuerza suficiente como para no permitir que eso ocurra, a esa fuerza se le llama valor. Y si por alguna razón, han conseguido escapar, volveremos a encerrarlos otra vez y ahora con más fuerza que nunca, porque aprendemos a base de errores y para levantarnos nos hemos tenido que caer antes. Acto seguido, colocaremos todas aquella risas, aquellas esperanzas, aquellas lágrimas de alegría, aquellas ilusiones en cajitas y las vamos colocando en la enorme estantería que decora nuestra habitación. No tenemos que permitir que cojan mucho polvo, de vez en cuando cogemos esas cajas y las abrimos dejando que esos recuerdos y sensaciones invadan la habitación y la llene de risas, y sobre todo que te haga volver a sentir a ti todo aquello que sentiste en su momento, que demuestres que no lo has olvidado y que nunca lo harás. Deja esas cajitas al alcance de cualquiera para que también sienta todas aquellas maravillosas sensaciones, compártelas y disfrútalas con quien tú más quieras. Posteriormente, dispón en el alféizar de la ventana tu paciencia y esfuerzo, con el paso del tiempo podrás observar que unos pequeños pajaritos de colores son atraidos por esos elementos. Aunque todos esos pájaros son distintos, tú sabes cuál es su especie, se llama 'sueños'. Quizá no vengan todos a la vez, pero poco a poco se irán acercando decenas de ellos hasta que no puedan venir más, entonces sabrás que gracias a estos dos ingredientes has conseguido traer todo aquello, sólo necesitabas paciencia, esfuerzo y tiempo. Por último, dentro de un cajón guardas una pequeña caja fuerte que sólo se puede abrir con una llave. Esta caja fuerte tú la tienes bien escondida y sólo se la revelas a quien tú quieres o quizá alguien la encuentre por sorpresa, pero sólo muy poquitas personas tienen la llave para abrirla, quien la posea podrá descubrir el inmenso tesoro que allí descansa, tu amor.  

Hablo de mí.

Hablo de eso que sientes cuando le ves partir y sientes que algo tuyo se va con él. Hablo de esas sensaciones que sientes cuando esperas a que algo bonito y puro te suceda con alguna persona, aunque sepas que eso no podrá durar para siempre, pero te esfuerzas por exprimir cada segundo a su lado. Hablo del sentimiento que se te genera cuando pasas mucho tiempo con una persona, sabes que amor no puede ser, pero ese afecto y cariño especial que le tienes es único. Hablo de cuando sonríes por algo que ha hecho esa persona especial que tienes a tu lado, que te revienta por dentro, pero eso es lo que más te gusta, que te moleste, porque así sabes que tu corazón te está dando señales de que esa persona te importa de verdad. Hablo de la euforia instantánea que te invade cuando oyes un 'Te quiero' de su boca, al principio te invade el miedo, porque no sabes qué puede pasar y tienes miedo a cómo pueden ser las cosas mañana, pero pronto te das cuenta de que el hoy te importa mucho más que todo eso y aprendes a valorar esas dos palabras como si fueran lo mejor que te a ocurrido nunca. Hablo de esas decepciones que te llevas, porque la vida no se basa en alegría y felicidad, también tenemos que pasarlo mal para poder aprender y saber qué es lo que realmente queremos, porque el dolor nos hace mucho más fuertes, o sólo nos enseña a disimularlo mejor. Hablo de todo eso que te ronda por la mente, que te retumba y no puedes retenerlo más. Hablo de los amigos que tienes alrededor y saben escucharte cuando necesitas hablar. Hablo de un 'Tú' y un 'Yo' que me encantaría que se unieran en la misma conjunción: 'Tú y yo'. Sin embargo ese 'Tú' aún no ha aparecido, pero confío fielmente que algún día vendrá, y me daré cuenta de que está ahí, porque habré aprendido, a base de dolor y lágrimas, a ver lo que realmente me gusta y lo que realmente me hará cambiar mis sentimientos de un sólo suspiro. Y por último hablo de un sentimiento que a todos nos gusta sentir, y unos por suerte lo tienen y otros por desgracia no, hablo del amor. 

En la pista de obstáculos.

La vida es como una pista de obstáculos. Desde pequeños estamos esquivando obstáculos y superando pruebas que, cuando la vemos de lejos, pensamos que no lo podemos superar y que será imposible para nosotros. Y cuando la tienes de frente, tenemos dos alternativas: o superarla de la manera que sea, o quedarnos ahí a que alguien nos ayude a pasarla. Hay muchos tipos de pruebas. En algunas, para superarlas, la tienes que bordear, en otras tienes que tener valor y pasarlas por encima y otras tienes que dejar recibir el golpe y aguantar para poder seguir adelante. Nadie te ha dicho que el camino hacia la meta de tu vida sea fácil, ni mucho menos; pero el ser humano tiene la capacidad de aprender de sus errores, incluso de los golpes que recibe. Por eso, la próxima vez que te encuentres con un obstáculo intenta superarlo de la manera que a ti te resulte mejor, porque así estarás actuando correctamente. 
También, si nos quedamos bloqueados en una prueba y pensamos que no podremos superarla porque es demasiado para nosotros, podemos pedir ayuda a las personas que tenemos a nuestro alrededor, ya que pedir ayuda no es de cobardes, sino de valientes. 
Actúes de la manera que actúes, no sólo importa llegar a la meta, también importa el camino; porque ese camino define tu vida y la manera en la que has vivido. Todas las personas que te encuentras en él, todas las situaciones y pruebas que has tenido que superar y la manera de pasarlas, te definen y aquellas conductas que te retumban una y otra vez en la cabeza y no puedes dejar de pensar en ellas, se llaman remordimientos; y eso es algo de lo que el ser humano no puede desprenderse fácilmente. Como dice Kant: "obra de tal manera que te tomes a la humanidad como un medio y no como un fin, porque la dignidad es sagrada". No utilices a la personas sólo para superar pruebas, sino aprende con ellas, disfruta con ellas, porque sabes cuál es el comienzo pero no sabes cuál es el fin de estar al lado de ellas. Lo importante es el medio y no el fin. 

     

Roturas de una coraza.

A veces sentimos miedo, miedo a equivocarnos y no poder solucionarlo a tiempo. Pensamos que una persona nos hace florecer unos sentimientos que pensábamos muertos, notas que tu coraza de hierro, esa que se ha ido endureciendo cada vez más y más con el paso del tiempo, se está rompiendo. Por esas pequeñas fisuras fluyen sentimientos de los que creías olvidado, o simplemente no querías recordar. Te hicieron mucho daño, sufriste y lloraste, a consecuencia de ello te endureciste, te convertiste en piedra. Tu corazón estaba gris, podías sentir el cariño y el amor que te aportaban tus amigos y familia, pero el más importante, el que marca un un inicio y posiblemente no tenga fin, no llega.
Sin embargo, ahí está, cuando menos te lo esperas, llega él. El causante de estas brechas en tu armadura y te sorprendes de lo que estás descubriendo, pero no puedes evitar que un sentimiento negro se cuele, el miedo. Tienes miedo a si lo que sientes te puede volver a jugar la misma pasada de hace tiempo. Intentas ir despacio, con calma, no quieres precipitarte; pero será mejor que vayas despertando y viendo lo que tienes delante antes de que sea demasiado tarde y aquel, que provocaba esas fisuras y que esos ríos de sentimientos corran, decida desistir e irse. 
En la vida, en tu vida, esas sensaciones eran casi como anécdotas, tu armadura impedía que nada entrara. Y ahora que lo empiezas a sentir, que piensas que con este puede ser algo serio, por la manera de mirarte, por la manera de cuidarte, por la manera de besarte, porque te hace sentir mejor, porque te gusta el tipo de persona que eres a su lado, porque te gusta el tipo de persona que él es a tu lado, aunque con sus demás amistades cambie, pero eso te hace sentir más especial porque contigo tiene una manera especial y única de comportarse que sólo conoces tú; estás permitiendo que se te escape de los dedos.
Yo espero que un día te mires al espejo y te repitas a ti misma: -Es cierto, le quiero-. Y a partir de ese momento empieces a vivir conforme a tu corazón y no conforme a tu armadura. Te podrás equivocar y sentir ese temor inevitable, inexorable; pero recuerdas esa frase que alguna vez leíste la cual decía: -"A veces, tenemos que arriesgar quedarnos sin nada, para conseguir todo lo que deseamos"-, y que te sonrías a ti misma.  Si llega el momento de equivocarte, no pienses que has estado perdiendo el tiempo, sino aprovechándolo al máximo, porque para saber lo que realmente quieres y anhelas, tienes que haberte caído no una, sino mil veces, y, por supuesto, volverte a levantar con la mejor de tus sonrisas.

Nuestra esencia.


Una vez, una persona me dijo que 'madurar es saber distinguir entre ilusión y amor'. Estaba en lo cierto.
La ilusión es como una tormenta de verano. Te refresca, te divierte; pero es pasajera, efímera. Cuando vemos que esa tormenta se disipa afloran los sentimientos de pesadez y rutina. No nos gusta.
Sin embargo, el amor es como un terremoto que te recorre por dentro, un huracán que te destruye para volverte a reconstruir. Es vida. Algunos necios piensan que no existe, se equivocan. El amor es nuestra esencia, algo que todas las personas deben sentir. 
Ese momento en el que ves que tu pareja hace algo que te molesta de verdad, pero en lugar de enfadarte, sonríes. Cuando ve que miras al suelo inseguro y triste por un mal día, te coge de la barbilla, te levanta la cara y te mira a los ojos diciéndote: 'no te preocupes, te quiero'. Que no se espere que siempre vas a estar ahí, pero que tampoco lo dude.
Estas sensaciones que son como una ola que nos llevan por delante se llama amor. La diferencia la marcas tú y tu corazón. Vive como y quieras y como sientas, pero cuando lo veas pasar, no lo ignores, acércate a él y deja que te empape de todo lo que te tiene que dar. Y cuando lo hagas, tendrás uno de los tesoros más valiosos y más frágiles que existen, pues puede que no sea el definitivo o puede que te lo arrebaten, pero el tiempo que has pasado con él no se mide en días, sino en milenios.

Pensamientos de noche.

Los días pasan. Escuchas a tus amigos hablando sobre rollos que tienen, discusiones que han tenido con sus parejas, dilemas que les florecen mientras su vida corre al lado de ellos. Mientras tanto, yo no. En mi vida ese sentimiento ha ido desapareciendo poco a poco; nunca quise que lo hiciera, pero es algo inevitable, inexorable.

Todas las noches, cuando intento dormirme, me imagino que conozco a un chico fantástico, que me emociona al verlo, que cuando lo veo venir me empiezan a sudar las manos, que noto que la sonrisa me sale sola y que mi estómago se encoje de los nervios. Después, mi mente vuela por un millón de escenas que crea junto a ese chico imaginario. Imagina que, cuando me ve llorar, me abraza y me susurra: 'todo está bien, estamos juntos'; que, cuando me ve feliz, sonríe a mi lado; o, cuando me ve que estoy enfadado, me dice tonterías y me hace cosquillas para que me ría.
Situaciones, experiencias así son las que quiero. Pienso que todas las personas deberían tener un acompañante con el cual compartimos la felicidad, incluso, la multiplicamos. Cada uno tiene a su alma gemela en algún lugar, simplemente hay que esperar y experimentar, para que cuando llegue esa persona y estés con ella, lo sepas; para que sepas que esa es la persona, es algo que sientes en tu interior, es una llama que poco a poco te va abrasando por dentro y no puedes retenerlo más.

No obstante, en ocasiones, creo que lo idealizo todo, me creo que todo va a ser perfecto, que todo será precioso; pero dudo. Dudo porque miro a mi alrededor, observo que muchas parejas, al principio, están felices y sienten ese fuego; pero no es más que un espejismo que con el tiempo se disipa y descubres que no haces otra cosa que perder el tiempo y haceros daño. También siento que si tengo una pareja y quiero intentarlo, sé que intentaré con todas mis fuerzas que todo sea como el principio. Dulce utopía a la que quiero llegar, pero quiero intentarlo.
Puede ser que todo esto venga por las ganas que tengo de sentir eso otra vez.

Otra preocupación que invade mi mente, es la ilusión. Poco a poco he aprendido a dominarla y a encajar el dolor de si me ilusiono con alguna persona, al final no sale como a mí me gustaría. La vida está llena de oportunidades que si sabemos aprovechar bien, lo conseguiremos todo.

Supongo que a medida que pase el tiempo esto irá cambiando, obviamente, pero mientras tanto, esto es lo que siento.

Riesgo.

"Y cuando te quieres dar cuenta, todo cambia". Pequeños detalles son los que marcan los momentos más importantes en tu vida. Nunca sabrás el final, pero merece la pena intentarlo. Que te haga de rabiar, que te haga un póster de vuestra última foto, que te tape los ojos y te lleve a la casa de tus sueños. Cada momento, cada detalle, cada caricia, cada palabra; todo cuenta. Sin embargo, existe un poderoso enemigo que hará que dudes, incluso, que lo tires todo por la borda, ese enemigo es el 'Miedo'. Miedo a sentirte atado, miedo a no ser correspondido, miedo a que tu felicidad dependa de esa persona. Pero, ¿y si resulta que esa relación es la verdadera y por culpa del miedo no te atreves a dar el paso, a arriesgarte a perderlo todo? 
"'Y' y 'Si' son dos palabras que separadas no significan mucho, pero si las juntamos pueden dar lugar a muchas dudas: ¿y si...?" No permitas que en tu vida quepa esta duda, actúa conforme sientes, pero siempre con juicio. 
Muchas veces los amores que parecen imposibles son los mejores y más verdaderos, simplemente hay que intentarlo. Puede ser que te asomes a un abismo al que posiblemente te puedas caer, pero tú sabes que si te caes, te levantas; y seguramente si no lo hubieras intentado te habrías arrepentido durante el resto de tu vida. En la vida, a veces, hay que arriesgarlo todo para conseguir aquello que amas. 

18º epílogo.

18 años. Todos te dicen: "tienes toda la vida por delante","aún eres muy joven". Pero yo me paro a pensar en lo que he vivido hasta ahora, y existen cosas que querría haber hecho antes de cumplir los 18. Hablando con amigos más pequeños que yo, me doy cuenta que ellos han hecho cosas que a mí sí me hubiera gustado hacer. Con esto no digo que quiera ser como los demás, nunca lo he dicho y nunca lo diré, simplemente es que no sé a qué espero para hacerlas, si gente con menor edad que yo ya las han hecho. 
Con 'estas cosas' me refiero a, por ejemplo, conocer mucha más gente, haber tenido novios, experiencia sexual, sonarán a cosas típicas, pero que no puedo evitar que me afecten. 
Supongo que son tonterías que invaden mi mente, pero nadie puede quitarme esa sensación que siento cuando me pongo a pensar en esos temas. 
Creo que me quedan muchas cosas por vivir, tanto las que quería haber vivido hace tiempo, como las que aún tienen que llegar. Lo que me da miedo es saber si podré controlarlo todo. 

"No quieras vivir o crecer muy deprisa" eso dicen. Mis intenciones no es acelerar mi vida, sino sentirme que hago las cosas que hacen gente igual a mí, eso me hace sentirme integrado.
Mi mente es complicada, lo sé, y quizá no debería comerme tanto la cabeza, pensar que todo sucederá en su momento, en su lugar y no forzarlo. Pero, como diría un buen amigo, es algo que invade mi mente. 

Confianza engañada.

Contar todo lo que piensas a una persona hace que te apoyes en ella, encuentres un paño de lágrimas donde consolarte. Tú sabes que esa persona estará para lo bueno, para lo malo; sabes que la tienes para salir de fiesta, o para desahogarte cuando lo necesitas. Sin embargo, al igual que tú te apoyas en ella, tú esperas que suceda lo contrario. En algunas ocasiones, crees que sí, que te llama para contarte lo que le ha pasado a esta amiga, que te dice los ligues que tiene, aunque ella sabe que no llegarían a ningún lado, pero te lo cuenta. No obstante, en ciertos momentos, notas que las noticias sobre ella te llegan tarde, o que a quien se lo cuenta primero no es a ti.
Esa sensación que sientes, no es más que un espejismo. Conjeturas que tú te creas simplemente para explicarte lo gran protector que quieres ser con ella. También se puede confundir con cotilla, no te digo yo que no, pero la confianza no se basa en contarle cada segundo de lo que pasa en tu vida; la confianza consiste en apoyo cuando lo necesita, decir los errores cuando los ves, saber que vais a discutir entre vosotros pero que al día siguiente estáis tan normales. De esto trata la confianza, de dejarte guiar como si tuvieras una venda en los ojos y creer firmemente que no te va a dejar caer.

Por último, me gustaría pedirte perdón. Perdón por haber puesto en duda nuestra confianza. Perdón por no creer en ti siempre. Perdón por flaquear por este motivo. Perdón por no decírtelo en su momento. Pero, sobretodo, perdón por no haberte querido tanto, como lo estoy haciendo ahora.

Tu fuerza, ahora, no es suficiente.

Y cuando te quieres dar cuenta, la persona que siempre te estaba dando consejos, que te animaba en cualquier momento de bajón, que querías llegar a pensar algún día como él; es el que peor lo está pasando. Siempre has valorado su fuerza, su decisión, su manera de simplificar los problemas. "Eres mi psicólogo particular" decían muchos amigos a su alrededor, entre los que me incluyo, pero hasta los psicólogos necesitan uno. 
Tienes tendencia a guardarte todos los males en tu interior, nunca cuentas nada, y me das la escusa de que "no quieres aburrirnos con tus problemas". Cómo explicarte que tus problemas son mis problemas. Que todos necesitamos ayuda, hasta tú.
Últimamente te he visto diferente, pero he esperado, he estado esperando a que tú vinieras y me dijeras lo que te pasaba, pero ha llegado a un límite que debo decirte algo. Decirte lo mismo que tú me decías a mí. Preguntarte qué es lo que te pasa, qué es lo que te ronda la cabeza, intentar aconsejarte... Sin embargo, no me quieres decir nada. Tu respuesta es: "no quiero dar pena", "no quiero preocuparos". Por muchas veces que me repitas eso no voy a parar de insistir, porque me importas. Deja que por una vez tiremos nosotros de ti,  y no al revés.

Porque las personas que parecen ser más fuertes, necesitan ayuda

18

18... Por fin los tienes. ¿Cuánto hemos planeado para este año? Muchas cosas, pero todas a tu lado. Hoy son los tuyos. Aún quedan mil y una promesas por cumplir. Todas las hemos planeado los dos, porque contigo, a tu lado, hacer cualquier cosa me parece la mejor.
Todo comenzó en un autocar, hace más o menos 3 ó 4 años, no lo recuerdo exactamente porque mi tiempo para muy deprisa a tu lado. ¿Lo recuerdas? Después tardaríamos un curso en conocernos, pero el destino estaba claro, tu y yo juntos. Un tiempo que nunca olvidaré. Siempre recordaré lo bueno, tanto que me diste y que siempre recordaré, no puedo decirte nada más que gracias por todo.
También sufrimos lo nuestro, pero aquí estamos, más fuertes que nunca, y aunque el tiempo pase y nos separemos, tu y yo sabemos que nos tenemos para lo que sea, no hará falta estar diciéndonos lo mucho que nos queremos, tu y yo lo sabemos, ahora y siempre.
Eres una parte de mí y te la llevas a cualquier sitio a donde vayas, tú lo sabes todo, incluso, puedes saber qué estoy pensando en cada momento. Muchos pensaban que ser tan amigos iba a ser muy difícil, pero no me arrepiento de estar como estamos ahora porque sé que he ganado muchísimo más de lo que hubiera podido perder.
2012, sabes que en este año todo va a cambiar, muchas cosas nuevas, muchos planes hechos, muchas promesas juradas; pero aún hay una que no te he dicho y que me la he guardado para mí desde siempre... Mi promesa es: quererte cada día más y no dejar de hacerlo nunca, aunque muy pocas veces te digo esas ocho letras que B quería que le dijera C, "Te quiero". Es hora que lo sepas: te quise nada más verte aparecer, te quiero ahora por todo lo que hemos superado y por como eres, y te querré porque tu te llevas una parte de mi corazón.
No olvides nunca lo que los dos significamos, Yin & Yang. Pero no como mujer y hombre, bien y mal y las mierdas esas, no, recuérdalo como dos piezas que encajan a la perfección y cada una tiene una parte de la otra, nunca se podrán separar.
Hoy que es tu día, es hora de cerrar una etapa. Cerrar todo lo anterior, porque lo único que quiero ahora es hacerte lo más feliz posible y crear nuevos recuerdos en los que salgamos los dos haciendo todo aquello que hemos deseado.
18 podrá ser un simple número, pero para nosotros es tan especial por todos los significados que les hemos dado. Y ahora que me doy cuenta, si le restas 4, nos da la fecha en la que me hiciste la persona más feliz del mundo. Sé que en ese día, te acordaste de nosotros dos, yo también. Te dije que eso para mí es inolvidable y recordarlo no me llena de tristeza, al contrario, me llena de alegría y me dan muchas más ganas de estar contigo. Pasamos de compartirlo todo, a comprar mucho más, nuestros secretos, nuestros miedos, nuestra risa.
Por todo y por lo que haremos, gracias.