Me he tomado la molestia.

Palabras. 8 letras. Si conseguimos encajar las palabras adecuadas, llegaremos a expresar nuestos pensamientos y sentimientos más escondidos, pero ésto no es nada fácil. A veces nos cuesta encontrar ese vocablo que encaje a la perfección a lo que queremos decir o simplemente pensamos que lo que tenemos que decir es demasiado dañino o triste e intentamos "maquillar" eso que queremos contar. 
Siempre hemos escuchado ese refrán que dice: 'Una imagen vale más que mil palabras.' Yo creo que no, con mil palabras somos capaces de hacer reír, llorar, dar esperanza, alegrar y seguramente algo más que se nos ocurra por el camino. Mientras una imagen sólo es capaz de transmitir un momento en el tiempo o un pensamiento que algún pintor padeciera en ese instante, pero no es capaz de desarrollar ideas, ni contagiar sensaciones y mucho menos originarlas. 
Precisamente por esta teoría propia me encanta escribir, poder hacer llorar con un mogollón de letras juntas, pero bien ordenadas, es para mí un gran paso.

Te puedes llevar muchísimas sorpresas si cojes un diccionario y buscas las palabras que normalmente uses, ya verás qué sorpresa te llevas al descubrir que para ti significaban algo malo, pero tienen otra acepción que hacen decir algo bastante bueno. Un ejemplo, busca 'engañadora' puedes pensar que significa persona que engaña, bien, no te equivocas, pero un poco más abajo pone: "Que atrae dulcemente el cariño" Ya ves que no todo es feo o bueno si lo juzgas por tus primeras impresiones. Cojamos otra, 'Pasión' seguramente pienses que es amor desmesurado, ímpetu amoroso, tampoco te equivocas, pero seguro que no sabías que significa también "tristeza, pena". Muchas cosas pequeñas, pero imprescindibles se nos escapan por no buscar o simplemente molestarse un poco. No te quedes quieto. Si de verdad quieres conseguir algo, el mundo hará lo posible para que no lo consigas, pero es tu decisión tirar hacia delante o no. Un hombre y una mujer se definen por sus acciones y decisiones, y no por ser un montón de órganos y células biológicas.
Sólo te pido que luches. Te caerás, sí, pero levantarte te fortalece y te motiva a perseguir y conseguir lo que quieres.


Subamos un nivel más. Hablemos de textos. En muchas ocasiones, escuchamos a muchos políticos decir que están preparando textos para arreglar tal, estamos preparando un informe para solucionar esto... Personalmente, pienso que existen intenciones o promesas que no se pueden arreglar mediante textos. 
También, ¿quién no ha recibido alguna vez, cuando fue adolescente, una carta en una hoja de cuaderno, doblada de manera artística (todo hay que decirlo), comenzando con una gran "HOLA!!"? Todo lo que te quieren contar en este trozo de papel son muchas palabras vanas juntadas que intentan decirte lo que siente en ese momento y lo que el autor cree que sentirá durante muchos años, pero que quizá mañana te dé una puñalada por la espalda. Estas dos maneras de utilizar los textos es mediocre e incluso prometedora de falsas esperanzas.
Los textos se deben utilizar para expresar algo más puro y sincero que una pobre carta de cuaderno, para algo mas honesto que unas reformas que nadie sabe cuando llegarán, y mucho menos si las veremos en esta vida. Sirven para decir te quiero sin tener que escribir esas dos palabras, sirve para pedir perdón sin tener que humillarse comprando flores para al día siguiente hacer lo mismo de ayer. Sirve para aclarar pensamientos, ordenar sentimientos, decir la verdad cuando a la cara no se puede. Sirve para difundir mensajes, historias, aventuras, sensaciones. Sirve para que te hagan sentirte importante. Pero, sobretodo, sirve para llevarte al mundo donde realmente eres libre, tu imaginación. Yo, desde aquí, te invito...

Te invito a leer, a escribir. 
Te invito a volar, a ser feliz. 
Te invito a creer, y sobretodo en ti. 
Te invito a amar, a sentir. 
Te invito a llorar, a reir. 
Te invito a imaginar, a vivir.

Señales de vida.

¿Has perdido el rumbo de tu vida? ¿Estás en una encrucijada con muchos caminos a elegir? En la vida existen un tipo de señales que te indican el camino a seguir, pero la cuestión no es dónde está la señal, sino en qué momento de tu vida llega. Una vez que ves esas señales, tu trabajo es saber descifrarlas lo mejor posible, aunque a veces no son cómo nos las imaginamos, a esto se le llama supervivencia.
Muchas veces las señales son malas, pero tanto buenas o malas tenemos que saber recogerlas, porque nunca se sabe cuál es la que nos puede indicar el camino correcto.
Cuando tenemos prisa por encontrar el camino correcto, tendemos a ayudar a esas señales a aparecer. Tendremos que conformarnos con las señales que nos aparecen. Cuando éstas llegan, no tenemos más remedio que seguirla, aunque nos lleven directamente al peligro. Muy pocas veces pienses que vale la pena, pero cuando nos ponemos en peligro es cuando más nos conocemos a nosotros mismos. 
A veces estas señales son difíciles de atrapar, pero cuando lo conseguimos nos pueden llevar por el buen camino, pero si las perdemos, nos pueden hacer la vida imposible. 
Pero por muy intrincado que sea el camino, las señales suelen llevarte al lugar de donde saliste.
Así que no tenemos otra que esperar a que esas señales aparezcan, y seguirlas para seguir el camino hacia donde nos quiera llevar.

Buscadores de recuerdos

Estás en la cama, miras al techo, no puedes dormir, das vueltas, más vueltas. Sigues sin poder dormir. Sientes que tienes sueño, pero nada, algo te impide dormir. Buscas en tu interior esa pequeña espina que no te deja dormir. Buscas, buscas, pero no encuentras nada más que recuerdos malos, vacíos de sentimientos y emociones. No quieres pensar más, de repente algo se te viene a la mente. Una sonrisa. Sí, la más bonita que has visto. Pero aún hay más, detrás de esa sonrisa deslumbrante va una carcajada que hace que en tu cara se dibuje una pequeña sonrrisita. Sí, sientes gracia. Ahora recuerdas ese instante una y otra vez. Entonces navegas en tus recuerdos buscando el cofre donde están todos los bonitos, los divertidos, los especiales... Por el camino, vas encontrando pequeños rastros, como una brisa marina que te refresca la cara mientras tomas el sol, un ataque de risa por una tontería que te destroza la tripa, pero te da un inmenso placer; un regalo inesperado que te encanta, el apoyo de todos los que te quieren cuando sienten que estás mal, la satisfacción que te da haber conseguido algo tras mucho esfuerzo, la sorpresa y el esfuerzo de alguien por hacerte un regalo de cumpleaños.
Muchos rastros se te van quedando por el camino sin que te des cuenta, algunos son detalles sin importancia, pero otros tienen relevancia en ti, aunque no las recuerdes todos los días y no las tengas en tu cofre de los buenos momentos, pero ahí están esperando a que tú vayas en su búsqueda. 
Busca en tu interior, encuentra todos los pequeños tesoros que has ido perdiendo por el camino, sabes que ahora puedes, porque tú eres el único que gobierna en tu cuerpo. 
Guarda cada tesoro en el mismo lugar, porque, aunque se repitan de la misma manera, nunca tendrás la misma sensación, así que valora cada una de ellas, porque cada una es única.

Un principio con su fin.

Principio, una palabra que marca el inicio de cualquier cosa. Muchas veces los principios me seducen mostrando lo dulce que es descubrir todas las facetas de aquello que comienza. Te intenta sorprender mostrándote lugares, gestos, actitudes, sensaciones; que te atraen más y más para descubrir el final. 
Fin, palabra que marca el final de cualquier cosa. Existen sentimientos que no merecen acabar, pero lo hacen. Existen instantes que acaban demasiado pronto. Y existen penurias que quieres que acaben cuanto antes. 

El principio y el final de todo es lo que se queda en las personas. Muy pocas veces se recuerda el camino que hay entre esos dos extremos, a veces dulce y a veces amargo. Yo voto por borrar el final de las cosas que me gustan, porque si algo me encanta no se merece un final. Y voto por evitar, en ciertos momentos, el principio de todo aquello que me pueda producir tristeza o dolor, porque algo que odiamos, en muchas ocasiones, se puede evitar. 
Yo no digo que todo es evitable o inexorable, sólo que pongamos las riendas a nuestra vida y encaucemosla hacia donde nuestro corazón dicte. Existirán momentos inevitables, seguramente que duros, pero tenemos que aprender a vivir con ello, porque al fin y al cabo, nada nos puede quitar la ilusión de vivir.

¿La confianza da asco?

Confianza, algo muy difícil de conseguir y conservar, pero muy fácil de perder. Gracias a este sentimiento, nos podemos llevar muchas decepciones, por el contrario, nos podemos llevar grandes personas a nuestro corazón que nos ayudan en todo, y, sobretodo, te escuchan, cosa muy difícil. 
Tengo la suerte de contar en mi vida con personas que gozan de mi máxima confianza, y viceversa. En muchas ocasiones, me he llevado grandes decepciones de personas que pensaba que nunca podrían hacer lo que hicieron. Lloré en su momento, pero ahora, ahora soy mucho más fuerte, he convertido toda esa tristeza y llanto en fortaleza. No se merecen más que mi olvido, aunque por una parte les agradezco que hayan hecho lo que hicieron, gracias a ellos me he hecho más fuerte, he aprendido a dar confianza a la gente adecuada, ha confiar en los que se lo merecen.
Y para esas personas que me han dado su confianza, no tengo más que decirles que gracias. No sé si me la merezco, pero sentir que alguien confía en ti, es muy gratificante. 

Me encanta que me cuentes tus cosas, me encanta que me digas tus secretos, tus miedos, tus inseguridades. Me encanta que me escuches, que si discutimos, a los 5 min. estamos tan normales; que por una tontería te preocupes por mí. Que tengas miedo a perderme, aunque sabes que nunca sucederá tal cosa. Sé que si yo me caigo, vendrás a recogerme. Sé que cuando esté eufórico, lo estarás conmigo, que cuando me dé miedo alguna cosa, me cogerás de la mano y lo cruzarás conmigo. Sé que si te digo lo que pienso, me darás un abrazo por ser sincero contigo, y viceversa lo mismo. Sé que contigo soy como soy, no tengo porqué fingir. 
No puedo dar nada más que las gracias, por estar ahí, cuando en los momentos más críticos eres capaz de levantarme y darme una palabra de aliento. Sé que sin eso no podría seguir adelante. 

Sólo una cosa más, confía y trabaja para que confíen en ti, puede ser duro y pesado, pero cuando se tiene, no querrás soltarlo, porque es maravilloso.   

Observar para encontrar.

Tarde tranquila, sin estrés, de risas. Muchas veces me gusta mirar por la terraza la gente que pasa por la calle. Me puedo encontrar personas bajas, altas, jóvenes, viejas, acompañadas, solitarias; pero cada una tiene su historia. Cada uno tiene un lugar en el mundo, ínfimo, pero igual de importante que cualquier otra persona.
Mientras observo, mi mirada se desvía al interior de la casa, puedo ver a esas dos personas que hacen que todo sea casi perfecto. Con ellos me río, bromeo, reflexiono, me desahogo... En fin, ellos son capaces de dármelo casi todo.
Disfrutar de cada momento, vivir cada sensación es difícil, por no decir imposible, pero está claro que las mejores son las que te pueden dar esas personas que te acompañan en todo momento, de eso sí estoy seguro. Ellos son todo lo bueno que tengo, el destino se ha encargado de unirnos, ellos lo complementan, y sé que si nuestros caminos se separan, no será por mucho tiempo, porque es es para siempre.

La lluvia me toca.

Me encanta hablar de sensaciones. Sensaciones que hacen que un momento de soledad aburrida se convierta en un instante que algo te recorre por el cuerpo desde el último pelo de tu cabeza hasta el dedito más pequeño del pie. Sensaciones que te enamoren. El gozo de una risa, el cosquilleo de una caricia, la luminosidad de una sonrisa, la compañía de la gente que quieres... Todo ese tipo de sensaciones hacen de la vida algo por lo que vale la pena vivir, porque nunca tendrás dos iguales, eso las hace únicas. 


Mi última sensación ha sido mientras estaba mirando la lluvia. Yo estaba apoyado en la ventana cuando de repente ha empezado a llover. Los pequeños pelos del brazo se me han estirado, la carne de gallina y sólo tenía un pensamiento en mi mente. Es extraño que mi pensamiento fuera lo mucho que han cambiado las cosas desde que vi la última lluvia. Mi mente ha empezado a volar hasta aquel instante. He recordado todo lo que me rodeaba en ese momento. Recuerdo que hablaba contigo, me contabas tus tonterías, yo hacía lo mismo con las mías. Recuerdo que lo único que quería era hacer un mundo contigo, casi lo conseguimos. Recuerdo que un abrazo me abría las puertas del cielo. Recuerdo que tenías miedo con esa serie de televisión que tanto nos gusta. En fin, creo que existen pocas sensaciones que no haya vivido a tu lado. Eso me hace especial. 

La lluvia me hace recordar, me gusta volver a revivir todos esos momentos que paso con vosotros. Pero los recuerdos, recuerdos son. Son bonitos, pero quiero fabricar otros nuevos, algunos que se me hagan imborrables, otros que los disfrute al máximo. Momentos juntos, que completen el álbum de mi vida, pero esi sí, no lo quiero,si no es a vuestro lado.