El camino a las cosas pequeñas.



Todo camino tiene un final, ¿no?. Bien. ¿Y qué hay después de eso?.
Siempre nos estamos poniendo metas: venga, voy a terminar los estudios, tienes tu carrera, pero descubres que eso no te ha llenado; voy a buscar un trabajo donde me encuentre a gusto: Vale, ya lo tengo. No siento nada extraño, bueno sí, un estrés que hace que me quede calvo; bueno, pues vamos a probar a buscar el amor de mi vida, por fin siento algo parecido a la felicidad o eso creo. Tengo novio, estoy muy feliz, me comprende, me atiende, somos perfectos; pero no tengo bastante, aún necesito algo mas... 
Pasamos toda la vida pensando que la felicidad es el final, pero nadie ha sido capaz de darse cuenta que ésta se encuentra en el camino. Seguro que has pasado miles de veces por ella y no te has dado cuenta. El secreto son las cosas pequeñas. Esos detalles que no se ven a simple vista pero están ahí, esperando a que tú las recojas. Estos detallitos son, por ejemplo, un amigo inseparable que hayas tenido en el instituto (¿cuánto hace que no hablas con alguno de ellos?); si tienes trabajo, sé creativo, cambia las cosas de lugar, aprovecha la hora del café para hablar con ese chico que te gusta; si tienes la tremenda suerte de estar enamorado, dedica 10 minutos al día a observar a tu pareja, descubrirás que tiene unos "defectos" que hacen que te saquen una sonrisa: que salga de la ducha empapado y deje todo el suelo encharcado de agua, pero ves que su piel mojada te deslumbra; o ese pequeñito agujero de su pijama que al principio te resultaba horrible, pero poco a poco comprendes el porqué no se separa de ello; la forma que tiene de llevar los pantalones, por la mitad del trasero; antes no te gustaba, pero ahora sabes que eso le da personalidad y no puedes hacer nada. Como ves, hay muchas cosas que pasamos por alto, son esas cositas las que te dan la felicidad y no el haberte puesto una meta que sabes que la puedes alcanzar, pero cuando ya la has conseguido no es el resultado que esperabas.
A partir de ahora, valora cada segundo del camino, porque será una gota más para que se llene tu pozo de felicidad. Haz que rebose, desbórdalo, cuando lo consigas, podrás decir que realmente eres feliz. 

La película de mi vida.

A veces caemos presos de una prisión que nos fabricamos nosotros mismo, pero, una vez dentro, somos incapaces de ver lo que hay fuera de los barrotes. Intentamos focalizar nuestras problemas como si fueran los únicos del mundo, pero no te puedes llegar a imaginar lo pequeño que se puede hacer si piensas en que posiblemente la persona que ves todos los días y que hablas con ella en clase o en el trabajo tiene una vida realmente difícil. Entre tú y él existen muchas diferencias, por ejemplo, en lo que tú te hundes, él flota; en lo que tú flaqueas, él es fuerte. Soy de los que piensan que los errores no son el único medio para aprender, también somos capaces de aprender de las cosas malas que te da la vida.
Vemos en muchas series de televisión que el mayor problema de los protagonistas es encajar en una universidad, enamorar a un narcotraficante o simplemente luchar contra el mal. Siempre nos dicen que la vida no es como una película, pero ¿por qué no?. Convierte tu vida en tu película favorita, para qué vivir una vida si no podemos manipularla a nuestro antojo, es nuestra. Corre aventuras, arriesga, habla con ese chico o chica que te gusta y no pienses en lo que pueda pasar, muchas veces en el lugar más inesperado podemos encontrar lo más esperado, no dudes en arriesgarte en perderlo todo para conseguir todo lo que amas, nunca se sabe. Lo único que me queda por decir es que a veces tenemos que ser débiles para poder ser más fuertes.

Mi hogar.

¿Sabes? Ya sé porqué te quiero. Porque tu eres Casa. Porque cada vez que estamos juntos, somos Casa, da igual lo que pase ahí fuera, porque tu formas mi Casa. Una casa recogidita y hermosa por fuera, pero dentro de ti, en las paredes, está escrita tu historia. Es tuya, de nadie más.
Me encanta ponerme a leer esas paredes, en ellas se cuenta las alegrías, las penas, cuando estás enfadada, cuando estás decepcionada, cuando crees que estás a punto de derrumbarte pero consigues ponerte en pié y decir: ¡Basta!; cuando te preocupas por alguien o simplemente cuando amas a alguien con todo tu ser, pero te das cuenta que esa persona no te merece. Sí, me gusta leer tu historia una y otra vez, porque siempre me enseñas algo nuevo o simplemente porque busco un refugio a tu lado.
Refugio, eres mi refugio, el lugar donde sé que, aunque yo esté de bajón o simplemente necesite tu calor o un abrazo, sé que en ti lo encontraré.
Tu historia se corta en una pequeña habitación oscura, he de sospechar que estos son los recuerdos que prefieres olvidar, los escondes en los más profundo de ti para que no te molesten y se acumulen. Me enseñaste a observar, pero también a actuar conforme a mis sentimientos.
Ya me queda poco que aprender de esas paredes, ahora quiero que me enseñes tú. Siempre has sido la que me ha protegido, quiero que lo sigas haciendo, porque te quiero, y tú y yo formamos un Hogar.

Lo arriesgo todo




Ayer vi nuestra foto. Esa en la que salimos mirándonos fijamente pensando que ese momento nunca terminaría, como si se quedara para siempre parado, como una foto. Por un instante recordé todo lo que arriesgué y sería capaz de perder con tal de que me mires así otra vez.
Tu sonrisa. Recuerdo que sonreías poco, pero cuando lo hacías, hacías que todo flotara. Adoraba esa sonrisa.

Recuerdo que llegué a perder mi pantalón favorito por revolcarme en el barro contigo. Recuerdo que perdí la vergüenza cuando bailé en el escenario de aquel bar que tanto nos gustaba. Recuerdo cuando me subí en tu coche y pensé que nunca estaría contigo, porque eras mezquino, frío, distante y un golfo sin sentimientos; sin embargo, aquella noche hiciste que tocar el cielo fuera demasiado normal.
Eres el único que sabe que cuando digo que te odio es que te quiero con más fuerza que nunca, y que cuando te pido que te largues de mi vista es cuando más cerca te quiero tener. Y ahora mismo, no te quiero ni ver...

Un muro, dos muros, tres muros...

Todo se reduce a muros. Sí, a muros. Toda nuestra vida está llena de muros, unos más altos que otros. Básicamente el objetivo de nuestra vida es ir saltando esos muros, muchos costarán, pero las vistas desde el otro lado son fantásticas.
Cuando eres pequeño, los muros que creas son cosas simples, por ejemplo: la misma bicicleta que tiene el vecino del cuarto, la muñeca que hace pis y caca que sale en la televisión o esa consola nueva con 800 juegos. Sin embargo, cuando somos más mayores, creamos unos muros tan altos que muchas veces al intentar escalarlos no caemos y nos hundimos, pero siempre aparece ese alguien que te aúpa para conseguir traspasarlo, pero es que esos muros se vuelven igual de complejos que nosotros. 
No obstante, coger confianza demasiado rápido puede ser peligroso, esas personas de las que confías pueden cambiar o simplemente te decepcionan y tu confianza se rompe como un cristal. A consecuencia de esto, creas muros de arena rogando que nadie los salte, pero no te das cuenta de que esos muros no mantienen a las personas fuera, sino a ti dentro.
Hay que decidirse, la vida es un caos. Puedes pasarte la vida levantando muros o puedes vivir saltándolos, tú decides. Sólo una última cosa, la vista desde el otro lado no tiene precio.

Disfrazando sentimientos.

Quiero contarte un secreto, aunque mi disfraz es tan fino que me sorprende que no hayas visto a través de él...
Soy el amor de tu vida disfrazado de tu mejor amigo. He intentado muchas veces romper ese disfraz, pero no lo hago, porque sé que huirás. Así que, durante todo este tiempo he aprendido que es mejor vivir escondiendo mis sentimientos que intentar sacarlos.
Mi madre me solía decir que en la vida hay personas que te gustan a primera vista, o que tardan más; espero ser de las segundas. Quizá no sea el que te gusta hoy, pero con estas palabras voy a dejarte con la esperanza de que algún día vuelvas a mí.

Me he tomado la molestia.

Palabras. 8 letras. Si conseguimos encajar las palabras adecuadas, llegaremos a expresar nuestos pensamientos y sentimientos más escondidos, pero ésto no es nada fácil. A veces nos cuesta encontrar ese vocablo que encaje a la perfección a lo que queremos decir o simplemente pensamos que lo que tenemos que decir es demasiado dañino o triste e intentamos "maquillar" eso que queremos contar. 
Siempre hemos escuchado ese refrán que dice: 'Una imagen vale más que mil palabras.' Yo creo que no, con mil palabras somos capaces de hacer reír, llorar, dar esperanza, alegrar y seguramente algo más que se nos ocurra por el camino. Mientras una imagen sólo es capaz de transmitir un momento en el tiempo o un pensamiento que algún pintor padeciera en ese instante, pero no es capaz de desarrollar ideas, ni contagiar sensaciones y mucho menos originarlas. 
Precisamente por esta teoría propia me encanta escribir, poder hacer llorar con un mogollón de letras juntas, pero bien ordenadas, es para mí un gran paso.

Te puedes llevar muchísimas sorpresas si cojes un diccionario y buscas las palabras que normalmente uses, ya verás qué sorpresa te llevas al descubrir que para ti significaban algo malo, pero tienen otra acepción que hacen decir algo bastante bueno. Un ejemplo, busca 'engañadora' puedes pensar que significa persona que engaña, bien, no te equivocas, pero un poco más abajo pone: "Que atrae dulcemente el cariño" Ya ves que no todo es feo o bueno si lo juzgas por tus primeras impresiones. Cojamos otra, 'Pasión' seguramente pienses que es amor desmesurado, ímpetu amoroso, tampoco te equivocas, pero seguro que no sabías que significa también "tristeza, pena". Muchas cosas pequeñas, pero imprescindibles se nos escapan por no buscar o simplemente molestarse un poco. No te quedes quieto. Si de verdad quieres conseguir algo, el mundo hará lo posible para que no lo consigas, pero es tu decisión tirar hacia delante o no. Un hombre y una mujer se definen por sus acciones y decisiones, y no por ser un montón de órganos y células biológicas.
Sólo te pido que luches. Te caerás, sí, pero levantarte te fortalece y te motiva a perseguir y conseguir lo que quieres.


Subamos un nivel más. Hablemos de textos. En muchas ocasiones, escuchamos a muchos políticos decir que están preparando textos para arreglar tal, estamos preparando un informe para solucionar esto... Personalmente, pienso que existen intenciones o promesas que no se pueden arreglar mediante textos. 
También, ¿quién no ha recibido alguna vez, cuando fue adolescente, una carta en una hoja de cuaderno, doblada de manera artística (todo hay que decirlo), comenzando con una gran "HOLA!!"? Todo lo que te quieren contar en este trozo de papel son muchas palabras vanas juntadas que intentan decirte lo que siente en ese momento y lo que el autor cree que sentirá durante muchos años, pero que quizá mañana te dé una puñalada por la espalda. Estas dos maneras de utilizar los textos es mediocre e incluso prometedora de falsas esperanzas.
Los textos se deben utilizar para expresar algo más puro y sincero que una pobre carta de cuaderno, para algo mas honesto que unas reformas que nadie sabe cuando llegarán, y mucho menos si las veremos en esta vida. Sirven para decir te quiero sin tener que escribir esas dos palabras, sirve para pedir perdón sin tener que humillarse comprando flores para al día siguiente hacer lo mismo de ayer. Sirve para aclarar pensamientos, ordenar sentimientos, decir la verdad cuando a la cara no se puede. Sirve para difundir mensajes, historias, aventuras, sensaciones. Sirve para que te hagan sentirte importante. Pero, sobretodo, sirve para llevarte al mundo donde realmente eres libre, tu imaginación. Yo, desde aquí, te invito...

Te invito a leer, a escribir. 
Te invito a volar, a ser feliz. 
Te invito a creer, y sobretodo en ti. 
Te invito a amar, a sentir. 
Te invito a llorar, a reir. 
Te invito a imaginar, a vivir.

Señales de vida.

¿Has perdido el rumbo de tu vida? ¿Estás en una encrucijada con muchos caminos a elegir? En la vida existen un tipo de señales que te indican el camino a seguir, pero la cuestión no es dónde está la señal, sino en qué momento de tu vida llega. Una vez que ves esas señales, tu trabajo es saber descifrarlas lo mejor posible, aunque a veces no son cómo nos las imaginamos, a esto se le llama supervivencia.
Muchas veces las señales son malas, pero tanto buenas o malas tenemos que saber recogerlas, porque nunca se sabe cuál es la que nos puede indicar el camino correcto.
Cuando tenemos prisa por encontrar el camino correcto, tendemos a ayudar a esas señales a aparecer. Tendremos que conformarnos con las señales que nos aparecen. Cuando éstas llegan, no tenemos más remedio que seguirla, aunque nos lleven directamente al peligro. Muy pocas veces pienses que vale la pena, pero cuando nos ponemos en peligro es cuando más nos conocemos a nosotros mismos. 
A veces estas señales son difíciles de atrapar, pero cuando lo conseguimos nos pueden llevar por el buen camino, pero si las perdemos, nos pueden hacer la vida imposible. 
Pero por muy intrincado que sea el camino, las señales suelen llevarte al lugar de donde saliste.
Así que no tenemos otra que esperar a que esas señales aparezcan, y seguirlas para seguir el camino hacia donde nos quiera llevar.

Buscadores de recuerdos

Estás en la cama, miras al techo, no puedes dormir, das vueltas, más vueltas. Sigues sin poder dormir. Sientes que tienes sueño, pero nada, algo te impide dormir. Buscas en tu interior esa pequeña espina que no te deja dormir. Buscas, buscas, pero no encuentras nada más que recuerdos malos, vacíos de sentimientos y emociones. No quieres pensar más, de repente algo se te viene a la mente. Una sonrisa. Sí, la más bonita que has visto. Pero aún hay más, detrás de esa sonrisa deslumbrante va una carcajada que hace que en tu cara se dibuje una pequeña sonrrisita. Sí, sientes gracia. Ahora recuerdas ese instante una y otra vez. Entonces navegas en tus recuerdos buscando el cofre donde están todos los bonitos, los divertidos, los especiales... Por el camino, vas encontrando pequeños rastros, como una brisa marina que te refresca la cara mientras tomas el sol, un ataque de risa por una tontería que te destroza la tripa, pero te da un inmenso placer; un regalo inesperado que te encanta, el apoyo de todos los que te quieren cuando sienten que estás mal, la satisfacción que te da haber conseguido algo tras mucho esfuerzo, la sorpresa y el esfuerzo de alguien por hacerte un regalo de cumpleaños.
Muchos rastros se te van quedando por el camino sin que te des cuenta, algunos son detalles sin importancia, pero otros tienen relevancia en ti, aunque no las recuerdes todos los días y no las tengas en tu cofre de los buenos momentos, pero ahí están esperando a que tú vayas en su búsqueda. 
Busca en tu interior, encuentra todos los pequeños tesoros que has ido perdiendo por el camino, sabes que ahora puedes, porque tú eres el único que gobierna en tu cuerpo. 
Guarda cada tesoro en el mismo lugar, porque, aunque se repitan de la misma manera, nunca tendrás la misma sensación, así que valora cada una de ellas, porque cada una es única.

Un principio con su fin.

Principio, una palabra que marca el inicio de cualquier cosa. Muchas veces los principios me seducen mostrando lo dulce que es descubrir todas las facetas de aquello que comienza. Te intenta sorprender mostrándote lugares, gestos, actitudes, sensaciones; que te atraen más y más para descubrir el final. 
Fin, palabra que marca el final de cualquier cosa. Existen sentimientos que no merecen acabar, pero lo hacen. Existen instantes que acaban demasiado pronto. Y existen penurias que quieres que acaben cuanto antes. 

El principio y el final de todo es lo que se queda en las personas. Muy pocas veces se recuerda el camino que hay entre esos dos extremos, a veces dulce y a veces amargo. Yo voto por borrar el final de las cosas que me gustan, porque si algo me encanta no se merece un final. Y voto por evitar, en ciertos momentos, el principio de todo aquello que me pueda producir tristeza o dolor, porque algo que odiamos, en muchas ocasiones, se puede evitar. 
Yo no digo que todo es evitable o inexorable, sólo que pongamos las riendas a nuestra vida y encaucemosla hacia donde nuestro corazón dicte. Existirán momentos inevitables, seguramente que duros, pero tenemos que aprender a vivir con ello, porque al fin y al cabo, nada nos puede quitar la ilusión de vivir.

¿La confianza da asco?

Confianza, algo muy difícil de conseguir y conservar, pero muy fácil de perder. Gracias a este sentimiento, nos podemos llevar muchas decepciones, por el contrario, nos podemos llevar grandes personas a nuestro corazón que nos ayudan en todo, y, sobretodo, te escuchan, cosa muy difícil. 
Tengo la suerte de contar en mi vida con personas que gozan de mi máxima confianza, y viceversa. En muchas ocasiones, me he llevado grandes decepciones de personas que pensaba que nunca podrían hacer lo que hicieron. Lloré en su momento, pero ahora, ahora soy mucho más fuerte, he convertido toda esa tristeza y llanto en fortaleza. No se merecen más que mi olvido, aunque por una parte les agradezco que hayan hecho lo que hicieron, gracias a ellos me he hecho más fuerte, he aprendido a dar confianza a la gente adecuada, ha confiar en los que se lo merecen.
Y para esas personas que me han dado su confianza, no tengo más que decirles que gracias. No sé si me la merezco, pero sentir que alguien confía en ti, es muy gratificante. 

Me encanta que me cuentes tus cosas, me encanta que me digas tus secretos, tus miedos, tus inseguridades. Me encanta que me escuches, que si discutimos, a los 5 min. estamos tan normales; que por una tontería te preocupes por mí. Que tengas miedo a perderme, aunque sabes que nunca sucederá tal cosa. Sé que si yo me caigo, vendrás a recogerme. Sé que cuando esté eufórico, lo estarás conmigo, que cuando me dé miedo alguna cosa, me cogerás de la mano y lo cruzarás conmigo. Sé que si te digo lo que pienso, me darás un abrazo por ser sincero contigo, y viceversa lo mismo. Sé que contigo soy como soy, no tengo porqué fingir. 
No puedo dar nada más que las gracias, por estar ahí, cuando en los momentos más críticos eres capaz de levantarme y darme una palabra de aliento. Sé que sin eso no podría seguir adelante. 

Sólo una cosa más, confía y trabaja para que confíen en ti, puede ser duro y pesado, pero cuando se tiene, no querrás soltarlo, porque es maravilloso.   

Observar para encontrar.

Tarde tranquila, sin estrés, de risas. Muchas veces me gusta mirar por la terraza la gente que pasa por la calle. Me puedo encontrar personas bajas, altas, jóvenes, viejas, acompañadas, solitarias; pero cada una tiene su historia. Cada uno tiene un lugar en el mundo, ínfimo, pero igual de importante que cualquier otra persona.
Mientras observo, mi mirada se desvía al interior de la casa, puedo ver a esas dos personas que hacen que todo sea casi perfecto. Con ellos me río, bromeo, reflexiono, me desahogo... En fin, ellos son capaces de dármelo casi todo.
Disfrutar de cada momento, vivir cada sensación es difícil, por no decir imposible, pero está claro que las mejores son las que te pueden dar esas personas que te acompañan en todo momento, de eso sí estoy seguro. Ellos son todo lo bueno que tengo, el destino se ha encargado de unirnos, ellos lo complementan, y sé que si nuestros caminos se separan, no será por mucho tiempo, porque es es para siempre.

La lluvia me toca.

Me encanta hablar de sensaciones. Sensaciones que hacen que un momento de soledad aburrida se convierta en un instante que algo te recorre por el cuerpo desde el último pelo de tu cabeza hasta el dedito más pequeño del pie. Sensaciones que te enamoren. El gozo de una risa, el cosquilleo de una caricia, la luminosidad de una sonrisa, la compañía de la gente que quieres... Todo ese tipo de sensaciones hacen de la vida algo por lo que vale la pena vivir, porque nunca tendrás dos iguales, eso las hace únicas. 


Mi última sensación ha sido mientras estaba mirando la lluvia. Yo estaba apoyado en la ventana cuando de repente ha empezado a llover. Los pequeños pelos del brazo se me han estirado, la carne de gallina y sólo tenía un pensamiento en mi mente. Es extraño que mi pensamiento fuera lo mucho que han cambiado las cosas desde que vi la última lluvia. Mi mente ha empezado a volar hasta aquel instante. He recordado todo lo que me rodeaba en ese momento. Recuerdo que hablaba contigo, me contabas tus tonterías, yo hacía lo mismo con las mías. Recuerdo que lo único que quería era hacer un mundo contigo, casi lo conseguimos. Recuerdo que un abrazo me abría las puertas del cielo. Recuerdo que tenías miedo con esa serie de televisión que tanto nos gusta. En fin, creo que existen pocas sensaciones que no haya vivido a tu lado. Eso me hace especial. 

La lluvia me hace recordar, me gusta volver a revivir todos esos momentos que paso con vosotros. Pero los recuerdos, recuerdos son. Son bonitos, pero quiero fabricar otros nuevos, algunos que se me hagan imborrables, otros que los disfrute al máximo. Momentos juntos, que completen el álbum de mi vida, pero esi sí, no lo quiero,si no es a vuestro lado. 

Divide y morirás.

Imaginaos esta situación, dos amigos que se cuentan todo, sus pensamientos, sus sentimientos, sus chorradas, en definitiva, todo. Se podría decir que son casi como hermanos, nunca se separarán, comparten el mismo grupo de amigos... Se podría decir que su felicidad es conjunta, la felicidad de uno está pendiente de la felicidad del otro, y viceversa. Pero pasó el tiempo, y la situación del grupo se fue desquebrajando, había tensiones, malos rollos, broncas etc. Estos dos amigos nunca se enfadaban entre ellos, como es normal tienen sus roces, pero era cuestión de minutos que volvieran a estar tan normales como siempre. 
Uno de los dos amigos empezó a quedar con su prima y sus amigas, porque veía en ello una vía de escape a toda esa situación tensa con su grupo. Su otro compañero se sintió alejado, como que su gran acompañante hubiera decidido emprender un camino en solitario, se sentía perdido. En realidad, la intención del que había decidido buscar una vía de escape, era temporal, sólo quería evadirse de todos esos problemas, pero aún así no podía sentir que le faltaba algo a su lado, como si a una mosca la arrancas un ala, podría volar, pero no lo conseguiría por la falta de un elemento esencial. Entonces lo que este chico intentó fue que su perfecto acompañante juntara su camino con el suyo de nuevo, lo intentó, al final lo consiguió, pero durante esta travesía aprendió que era imposible que se mantuvieran los dos en la misma andadura, porque las personas con las que había decidido estar, ya tenían su vida hecha, era difícil entrar. Así que lo que aprendió fue que su historia debería tener a su alma gemela al lado, para él era imposible seguir andando sin su acompañante, por lo tanto volvió a su antiguo grupo, roto por completo, y quedarse al lado de esa persona que lo significaba casi todo, aunque por ella tenga que sufrir esos malos rollos o cualquier cosa, sentía una fuerza interior que le ayudaba a superar todo ello por su amigo. 

Pasaron meses, llegó el verano, por fin libertad, piscina, liberarse de aquel grupo lleno de personas que, para ellos, tanto desequilibrio y rabia les aportaban. En el mes de julio, uno de ellos, el que se quedó cuando el otro se marchó con su prima, viajó a Inglaterra por un viaje escolar, estuvo 3 semanas allí. El que se quedó aquí se alegró mucho por su amigo, porque, al menos, él tendría la oportunidad de evadirse de todos los problemas que había aquí. Sabía que volvería renovado, y fresco. Le aportaba cierta envidia, pero sana. Durante todo el tiempo que estuvo que estuvo en Inglaterra, se dedicó a divertirse, aprender inglés, hacer amigos... Mientras tanto, el que se quedó aquí, se preocupaba por su amigo errante, sentía que necesitaba saber qué hacía el otro en cada momento, cómo se sentía, en fin, necesitaba saber de su vida.

Cuando volvió, los dos se alegraron de verse, tras tres semanas sin verse, aunque el que se quedó aquí tenía malas noticias, se tenía que ir dentro de dos días con su familia de vacaciones, pero en este caso sería una semana. Los dos se despidieron, pero no por mucho tiempo. 
Al volver, el que se fue de vacaciones habló con el otro, pero sintió desinterés por su parte, como que no se alegraba, o eso pensaba él. Él tenía la confianza de que al día siguiente de volver quedaría juntos para contarle cómo se lo pasó allí, pero su compañero había quedado con las personas con las que se fue a Inglaterra para divertirse, estar juntos... No sintió nada, porque justo eso mismo había hecho él en un tiempo pasado, pero tenía ganas de verle después de una semana. Al día siguiente tampoco pudieron quedar, volvió a quedar con sus amigos de Inglaterra. Aquí sí sintió algo, sintió abandono, desinterés, en definitiva, sintió lo mismo que sintió el otro cuando se fue con su prima. Resulta paradójico que los dos sintieran exactamente lo mismo al suceder cosas casi iguales. Ahora los dos siguen su camino juntos, aunque saben que pueden tener paradas distintas, pero juntos. 

Creo que este caso, es realmente precioso, hablo de amor, pero no amor de pareja, amor de amistad. Por lo que habéis visto, es algo que nunca muere si es de verdad. Dos personas que se quieren tanto, que realizan una vida en paralelo, que sienten lo mismo en situaciones casi iguales, sienten que tienen una complicidad extrema, pero que saben que por mucho que el tiempo pase, no se vean, salgan con distinta gente, saben que nunca se separarán, eso es imposible, tienen una conexión tan fuerte, que es irrompible.

Mi mensaje con esto es que cuando encuentres a esa persona que sabes que estará siempre, no me refiero al amor de tu vida, me refiero a tu confidente, a tu compañero de fatigas, a esa persona que hace que te sientas escuchado, querido, comprendido, arropado, cuidado... Cuando encuentres a esa pieza, habrás completado tu puzzle, porque lo demás son adornos. Existen pocas personas así, no digo que sea fácil, pero la voluntad abre caminos, y cuando encuentres a esa persona, se te compensará todo el esfuerzo. Porque nadie sabe lo que han podido pasar estos dos amigos antes de conocerse, eso sólo lo saben ellos. Pero tened esperanza, esta historia es real, y me siento realmente afortunado de ser uno de los protagonistas. No me queda más que decirte gracias, aunque sé que no es suficiente. 
Te quiero.

Rabia rosa.

Miles o incluso millones de parejas se separan a la semana en todo el mundo. La sensación de que algo por lo que has puesto tu corazón, tu alma, tu esfuerzo, tus esperanzas... Pero cuando sientes que todo el tiempo que que has empleado en esa relación se esfuma en un segundo, en una charla, en una acción. Te sientes vacío o aliviado, depende de cada pareja. Todos esos sentimientos revueltos, el dolor, la frustración duele, pero tenemos que aceptar que una etapa se ha acabado para dar paso a otra, aunque la transición a esta última puede ser una tarea difícil, nadie dijo que esto del amor fuera fácil.
Todo ese amasijo de sentimientos negativos puedes desembocar en furia, odio, rabia. Con esto se cumpliría el tópico "del amor al odio sólo hay un paso" bien, ¿crees que meterse en un bucle de enfados, odio, impotencia, control sobre lo que hace y no hace esa persona, enfado por cualquier palabra que diga... En fin, multitud de sensaciones que nos hacen sacar lo peor de nosotros mismos. Con esto no quiero decir que todos actuamos de esta manera en estas situaciones, sólo que cualquiera ha sentido eso y pueda terminar en algo mucho peor.
Podemos ver en la televisión a muchas parejas que después de muchos años queriendose con toda su alma, se tiran de los pelos por tonterías. Sólo me gustaría transmitiros que a pesar de sentir todos esos sentimientos negativos, lo que en realidad nos diferencia de ser un salvaje es el control. Sabemos cómo actuar en cada momento y precisamos del control para domesticar nuestras emociones. No caigais en el agujero del odio y la rabia, es mejor pensar en los momentos bonitos que hemos pasado con esa persona, que torturarnos con todas las peleas que hemos tenido con ella. No desperdicies tu tiempo rememorando esas broncas, lo único que conseguirás es consimirte como una vela.
Finalmente, quiero decir que la vida es positiva, pero difícil. Si necesitas llorar, hazlo. Sacar todo lo que tienes dentro te ayudará a no pudrirte. Sonríe, riéte, baila como si nadie te estuviera mirando, enamórate, sueña, pero sobretodo vive.

Comienzo

Comienzo con este blog cuyo tema se centrará en mis pensamientos, mis sentimientos, mis opiniones, mi forma de ver la vida... Con esto no quiero crear compasión, sólo quiero que descubráis cómo soy. 

Todos sabemos que hacer un pequeño descanso en el camino de la vida es difícil, pero necesario, ya que nos ayuda a descubrir quiénes somos y cómo reaccionamos a tales situaciones. Seguramente que todos sentimos vergüenza al recordar cómo actuábamos hace 4 ó 5 años, sentir eso es compleatemente normal, lo extraño sería si no lo sintiéramos. Tener esa sensación es normal y lógica, porque todos cambiamos, vamos evolucionando a mejores o peores personas, como siempre digo: "Las personas no cambian, mejoran o empeoran" por este motivo, sentimos esa sensación al recordar cómo éramos hace 4 ó 5 años, porque ahora sabes que nunca harías eso ahora, así que siéntete orgulloso de cómo eres, porque cada persona es única, y es hora que sepas que si cesaras de ser tal y como eres, el mundo no sería igual. Hasta el más ínfimo gesto, el más pequeño es necesario para que el mundo funcione. El azar no existe, todo está predestinado, así que no te arrepientas de lo que haya sucedido, siéntete orgulloso de saber qué es lo que tienes que cambiar, porque mejorar tus puntos débiles para convertirlos en fuertes es el objetivo de todo el mundo para conseguir estar a gusto con nosotros mismos. Conseguir nuestros objetivos nos llena de satisfacción, pero cuando se nos hace imposible conseguirlo nos frustra. Ten en cuenta tus límites.