Futuro, un sinónimo del azar.


Hay momentos en los que sentimos que vagamos por un mundo oscuro y extraño. No sabemos cuál es la salida y cuando parece que la hemos encontrado se nos escapa de los dedos como si fuera humo. Vagamos y vagamos. Por el camino vemos rostros conocidos, personas que nos dicen que todo saldrá bien, que no te preocupes, que tú vas a poder con ello; pero porqué todo el mundo piensa que eres capaz de superar eso, ¿acaso saben el futuro? 
No, nadie puede hacer tal proeza. Sin embargo, poseen algo que a ti te falta, confianza. Todos esos por qués, esas dudas no son más que fruto de la desconfianza en ti mismo. En el momento en el que tu propia seguridad aumente, nadie podrá pararte. Te dará lo que el mundo diga, porque el mundo no sabe cómo te sientes ni lo que en realidad eres capaz de hacer.


Todas estas palabras son muy bonitas, pero hablemos de la realidad. Todos nos sentimos acojonados por el futuro. La incertidumbre de cómo será tu nuevo trabajo, ¿habré elegido bien mi carrera?. Estas cuestiones y muchísimas más son las que nos ahogan día a día. Sí, nos rayamos. Porque no podemos controlar el tiempo ni saber el futuro. Muchos darían cualquier cosa con tal de saber una pizca de lo que sucederá en nuestra vida de aquí a 10 años, por ejemplo. No obstante, perdemos el tiempo en planearlo todo: dónde viviremos, cómo será nuestra casa, estaremos casados o solteros, nunca tendremos hijos... Millones y millones de planes de los que se cumplirán dos, y eso con suerte. 
Sí, admitámoslo, no podemos controlar la vida, de todo lo que planeemos nada se cumplirá, incluso me atrevo a decir que saldrá exactamente del revés. Pero tenemos que aceptar que el futuro es sinónimo de azar y vivir con ello. Aprender a vivir con la incertidumbre de la vida, sabiendo que las personas fuertes son las que mejor se adaptan a los cambios inesperados.

¿Acaso no es esto lo que hace de la vida emocionante?


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