A veces caemos presos de una prisión que nos fabricamos nosotros mismo, pero, una vez dentro, somos incapaces de ver lo que hay fuera de los barrotes. Intentamos focalizar nuestras problemas como si fueran los únicos del mundo, pero no te puedes llegar a imaginar lo pequeño que se puede hacer si piensas en que posiblemente la persona que ves todos los días y que hablas con ella en clase o en el trabajo tiene una vida realmente difícil. Entre tú y él existen muchas diferencias, por ejemplo, en lo que tú te hundes, él flota; en lo que tú flaqueas, él es fuerte. Soy de los que piensan que los errores no son el único medio para aprender, también somos capaces de aprender de las cosas malas que te da la vida.
Vemos en muchas series de televisión que el mayor problema de los protagonistas es encajar en una universidad, enamorar a un narcotraficante o simplemente luchar contra el mal. Siempre nos dicen que la vida no es como una película, pero ¿por qué no?. Convierte tu vida en tu película favorita, para qué vivir una vida si no podemos manipularla a nuestro antojo, es nuestra. Corre aventuras, arriesga, habla con ese chico o chica que te gusta y no pienses en lo que pueda pasar, muchas veces en el lugar más inesperado podemos encontrar lo más esperado, no dudes en arriesgarte en perderlo todo para conseguir todo lo que amas, nunca se sabe. Lo único que me queda por decir es que a veces tenemos que ser débiles para poder ser más fuertes.
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