Mi hogar.

¿Sabes? Ya sé porqué te quiero. Porque tu eres Casa. Porque cada vez que estamos juntos, somos Casa, da igual lo que pase ahí fuera, porque tu formas mi Casa. Una casa recogidita y hermosa por fuera, pero dentro de ti, en las paredes, está escrita tu historia. Es tuya, de nadie más.
Me encanta ponerme a leer esas paredes, en ellas se cuenta las alegrías, las penas, cuando estás enfadada, cuando estás decepcionada, cuando crees que estás a punto de derrumbarte pero consigues ponerte en pié y decir: ¡Basta!; cuando te preocupas por alguien o simplemente cuando amas a alguien con todo tu ser, pero te das cuenta que esa persona no te merece. Sí, me gusta leer tu historia una y otra vez, porque siempre me enseñas algo nuevo o simplemente porque busco un refugio a tu lado.
Refugio, eres mi refugio, el lugar donde sé que, aunque yo esté de bajón o simplemente necesite tu calor o un abrazo, sé que en ti lo encontraré.
Tu historia se corta en una pequeña habitación oscura, he de sospechar que estos son los recuerdos que prefieres olvidar, los escondes en los más profundo de ti para que no te molesten y se acumulen. Me enseñaste a observar, pero también a actuar conforme a mis sentimientos.
Ya me queda poco que aprender de esas paredes, ahora quiero que me enseñes tú. Siempre has sido la que me ha protegido, quiero que lo sigas haciendo, porque te quiero, y tú y yo formamos un Hogar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario