Confianza, algo muy difícil de conseguir y conservar, pero muy fácil de perder. Gracias a este sentimiento, nos podemos llevar muchas decepciones, por el contrario, nos podemos llevar grandes personas a nuestro corazón que nos ayudan en todo, y, sobretodo, te escuchan, cosa muy difícil.
Tengo la suerte de contar en mi vida con personas que gozan de mi máxima confianza, y viceversa. En muchas ocasiones, me he llevado grandes decepciones de personas que pensaba que nunca podrían hacer lo que hicieron. Lloré en su momento, pero ahora, ahora soy mucho más fuerte, he convertido toda esa tristeza y llanto en fortaleza. No se merecen más que mi olvido, aunque por una parte les agradezco que hayan hecho lo que hicieron, gracias a ellos me he hecho más fuerte, he aprendido a dar confianza a la gente adecuada, ha confiar en los que se lo merecen.
Y para esas personas que me han dado su confianza, no tengo más que decirles que gracias. No sé si me la merezco, pero sentir que alguien confía en ti, es muy gratificante.
Me encanta que me cuentes tus cosas, me encanta que me digas tus secretos, tus miedos, tus inseguridades. Me encanta que me escuches, que si discutimos, a los 5 min. estamos tan normales; que por una tontería te preocupes por mí. Que tengas miedo a perderme, aunque sabes que nunca sucederá tal cosa. Sé que si yo me caigo, vendrás a recogerme. Sé que cuando esté eufórico, lo estarás conmigo, que cuando me dé miedo alguna cosa, me cogerás de la mano y lo cruzarás conmigo. Sé que si te digo lo que pienso, me darás un abrazo por ser sincero contigo, y viceversa lo mismo. Sé que contigo soy como soy, no tengo porqué fingir.
No puedo dar nada más que las gracias, por estar ahí, cuando en los momentos más críticos eres capaz de levantarme y darme una palabra de aliento. Sé que sin eso no podría seguir adelante.
Sólo una cosa más, confía y trabaja para que confíen en ti, puede ser duro y pesado, pero cuando se tiene, no querrás soltarlo, porque es maravilloso.

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