Un principio con su fin.

Principio, una palabra que marca el inicio de cualquier cosa. Muchas veces los principios me seducen mostrando lo dulce que es descubrir todas las facetas de aquello que comienza. Te intenta sorprender mostrándote lugares, gestos, actitudes, sensaciones; que te atraen más y más para descubrir el final. 
Fin, palabra que marca el final de cualquier cosa. Existen sentimientos que no merecen acabar, pero lo hacen. Existen instantes que acaban demasiado pronto. Y existen penurias que quieres que acaben cuanto antes. 

El principio y el final de todo es lo que se queda en las personas. Muy pocas veces se recuerda el camino que hay entre esos dos extremos, a veces dulce y a veces amargo. Yo voto por borrar el final de las cosas que me gustan, porque si algo me encanta no se merece un final. Y voto por evitar, en ciertos momentos, el principio de todo aquello que me pueda producir tristeza o dolor, porque algo que odiamos, en muchas ocasiones, se puede evitar. 
Yo no digo que todo es evitable o inexorable, sólo que pongamos las riendas a nuestra vida y encaucemosla hacia donde nuestro corazón dicte. Existirán momentos inevitables, seguramente que duros, pero tenemos que aprender a vivir con ello, porque al fin y al cabo, nada nos puede quitar la ilusión de vivir.

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